Cuando se constituyó la República Popular de China, en 1949, todos los recursos
productivos del país se pusieron bajo propiedad estatal y básicamente la única forma de
entidad económica existente era la empresa pública. Las normas y reglamentos contables,
conocidos como contabilidad de asignación de fondos, caracterizados por su rigidez y
uniformidad, se usaban del siguiente modo:
Principalmente para establecer un sistema de información e informes destinados a la
puesta en práctica de la política económica del Estado.
Para el mantenimiento del control administrativo de los activos del Estado.
En mayor medida las normas contables también servían como instrumento para reforzar la
disciplina financiera de las empresas y salvaguardar las propiedades del Estado.
Posteriormente a la promulgación de la Ley de Empresas Mixtas (Joint Venture Law) de
1979 se formuló un nuevo conjunto de normas contables independientes para gobernar la
redacción de los estados de cuentas de las empresas. Indudablemente esta promulgación
constituyó el primer paso para el alejamiento del concepto de contabilidad de asignación de
fondos, que se aplica a las empresas públicas y se destina principalmente a la
asignación de recursos en una economía planificada.
A la vez que se realizaban las reformas económicas y políticas de “puertas abiertas” a
principios de los años 1980, se autorizó a los inversores extranjeros para que
estableciesen empresas e hiciesen negocios en China. Se redactó y se puso en práctica un
conjunto independiente de normas contables que sólo era aplicable a las empresas de
capital extranjero.
Aunque en la actualidad, estas normas o principios estén muy en línea con las Normas
Internacionales de Contabilidad (IAS; International Accounting Standards), los requisitos
están más subordinados hacia el objetivo de averiguar el importe del impuesto a pagar por
las empresas, en vez de perseguir el objetivo de determinar “la veracidad y exactitud” de los
estados de cuentas.
Las actuales normas y prácticas contables representan una compleja realidad para las
empresas extranjeras. Los nuevos conjuntos de normas tratan de unificar las prácticas
contables chinas con las normas internacionales, generando textos que, aunque
aparentemente parezcan similares a los occidentales, se imponen de una forma diferente.
Las diferencias cualitativas y cuantitativas hacen que las empresas extranjeras redacten
libros contables independientes (segunda contabilidad), realizados “a medida” para
convertir los libros oficiales de la contabilidad china en una realidad reconocible y
controlable para los empresarios extranjeros.
El objetivo de este capítulo es aportar una idea introductoria sobre la compleja realidad
de la contabilidad china.
I. MARCO LEGAL
China ha emprendido un programa para reestructurar la forma de las empresas públicas
transformándolas en sociedades anónimas de responsabilidad limitada (JSLC; Joint Stock
Limited Companies). La mayor parte de estas empresas terminan eventualmente saliendo
a Bolsa. A principios de los años 1990 se publicó (y se revisó en 1998), un tercer
conjunto de normas contables, destinado expresamente a este tipo de sociedades.
El rápido crecimiento de la economía, la demanda de inversión extranjera, la gradual
madurez del mercado de valores en China y su incorporación a la OMC han puesto en
evidencia la necesidad de un sistema contable sólido, fiable y transparente, que resulte
aceptable para los inversores extranjeros. Las normas contables y el sistema diseñado
para facilitar las normativas fiscales y la propiedad estatal bajo el sistema comunista ya
no pueden cumplir los requisitos de la moderna gestión y financiación de los negocios.
Con el fin de satisfacer tanto las demandas de los inversores extranjeros como de un
creciente número de inversores individuales e institucionales en el mercado de valores, se
han publicado una serie de normas. Entre ellas cabe destacar:
- La Ley de contabilidad (Accounting Law) (1999)
- Ordenanza sobre los estados contables de las empresas (Regulations on Financial
Reporting of Enterprises) (2000)
- Sistemas de contabilidad para las sociedades mercantiles (ASBE; Accounting
Systems for Business Enterprises) (2001).
Las disposiciones contenidas en los ASBE establecen el marco fundamental de la
contabilidad y están muy en línea con los IAS. En 2001 las sociedades anónimas de
responsabilidad limitada que ofrecen acciones al público en Bolsa, fueron las primeras en
verse obligadas a adoptar los ASBE.
En el año 2002, las empresas de capital extranjero fueron las siguientes en adoptar los
sistemas ASBE. Se substituyeron las Normativas contables para las empresas de
inversión extranjera (Accounting Regulations for Foreign Investment Enterprises) de la
República Popular de China. Aunque no son aún obligatorias, se fomenta que las
empresas públicas y nacionales adopten estas nuevas normas. En la esencia los ASBE se
convertirán en un conjunto primario de normativas básicas contables aplicables a los
diferentes tipos de empresas.
II. EL ESTABLECIMIENTO DE LAS NORMAS CONTABLES
A diferencia de las prácticas occidentales, el establecimiento de las normas obligatorias
de la contabilidad no es responsabilidad de la Sociedad china de contabilidad (ASC;
Accounting Society of China) ni del Instituto chino de contables públicos autorizados
(CICPA; Chinese Institute of Certified Public Accountants). Por el contrario, el
responsable de la formulación, la promulgación y la administración de las normativas
contables es el Ministerio de Finanzas (MOF).
Tanto la ASC como el CICPA son responsables del ordenamiento, el gobierno, la
supervisión, la reforma y el desarrollo de la profesión contable en China. El CICPA
también asume una cierta autoridad administrativa, delegada por el MOF, al servir como
puente entre el gobierno y los contables en ejercicio.
En China el gobierno emite las normativas contables. Son normas de obligado
cumplimiento y deben ser estrictamente respetadas. Con la introducción de los ASBE, se
permite a las empresas privadas ejercer su propio juicio en la formulación de sus políticas
contables que se adapten a sus necesidades específicas.
III. CONTABILIDAD EN CHINA – DIFERENCIAS Y RIESGOS
Las normas y prácticas contables chinas son un peligroso entorno para los directores de
empresas extranjeras. Al parecer, la mayor parte de las plantillas y formularios empleados,
así como algunos de sus principios generales, parecen estar en línea con sus anteriores
experiencias contables en el campo internacional.
A pesar de ello, y en cuanto a contenidos, existen importantes diferencias que pueden
resultar difíciles de identificar.
A. Formas y contenidos de los estados de cuentas
Según la Ley de la contabilidad, la Ordenanza sobre estados de cuentas de las empresas y
los ASBE, los estados de cuentas o los informes deberían incluir un balance, la cuenta de
pérdidas y ganancias, el informe de flujo de caja, notas sobre las cuentas y la cuenta de
asignación de pérdidas. Las ordenanzas también cubren la clasificación del activo y del
pasivo en el balance.
B. Fundamentos y conceptos contables
Los principios o conceptos contables generales aplicados en las normativas contables
chinas incluyen la exactitud, completitud, consistencia, la comparabilidad, oportunidad,
materialidad, el devengo, la correspondencia, la prudencia, la sustancia sobre la forma y
operativa de la empresa. Dichos principios reflejan los de los IAS. Otros rasgos
importantes de estas ordenanzas son los siguientes:
- La convención de costos históricos está prescrita. Actualmente se requiere que los
activos se contabilicen a precio de compra (menos cualquier provisión por daños que
pudiese ser necesaria) y las revalorizaciones están estrictamente prohibidas excepto
cuando se permitan por otras disposiciones estatales.
El concepto de valor justo de mercado no se emplea habitualmente debido a la
existencia limitada de mercados abiertos.
- Estas ordenanzas también requieren que las empresas empleen el año civil,
comprendido entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, como ejercicio contable.
- Se deberá adoptar el método contable del apunte por partida doble. Los apuntes en
las cuentas y en los libros tienen que realizarse en RMB (la moneda de curso legal de
la República Popular de China).
- Las transacciones y los balances denominados en divisas extranjeras tienen que
convertirse en RMB al cambio oficial, que puede diferir mucho de la cotización real
del mercado. Todos los registros y balances de transacciones realizadas en divisas
extranjeras y los tipos de cambio empleados deben archivarse como referencia.
- Una cláusula de estas ordenanzas requiere expresamente la acumulación de un
Fondo de Bienestar Colectivo y de un Fondo Obligatorio de Reserva de los
beneficios después de impuestos.
- Debido a que los nuevos sistemas contables chinos se encuentran en su infancia,
ciertas notas explicativas de los mismos no son tan completas como las existentes en
otras partes del mundo. Sin embargo, en algunos aspectos, las normas chinas son
sumamente rigurosas. Esto incluye la revelación de la identidad corporativa de las
partes relacionadas y los comentarios sobre imparcialidad de las transacciones
realizadas entre partes relacionadas, así como la redacción de informes de flujo de
caja, que emplean tanto los métodos directos como los indirectos.
IV. CONCLUSIONES
China tiene requisitos preceptivos que deben cumplir estrictamente todas las empresas.
Estos requisitos a veces entran en conflicto con normas occidentales en muchos aspectos
como:
- Plan contable chino: Los nombres, las secuencias y la codificación son diferentes.
- Estructura física del plan contable
- Formatos de los informes
- Principios contables: Deudas incobrables / Amortizaciones.
Además, la forma de realizar la contabilidad es diferente a la empleada en Europa. Los
contables chinos asientan los datos y resumen la información de un modo diferente.
Todas las empresas de capital extranjero en China se enfrentan a estos problemas, y todas
tienen que luchar con dos importantes retos: Primero: Cómo interpretar los datos chinos
y no verse engañados por planes contables aparentemente claros y, segundo, cómo
convertir estos datos a los sistemas de la contabilidad de la empresa en su Sede Central.
La principal recomendación que hacemos a las empresas extranjeras es la de implantar un
sistema de control interno, que integre la realidad de la empresa china, los criterios de la
Sede Central y los preceptivos requisitos mínimos chinos, redactando un borrador de
“segunda contabilidad” que sólo se usará para información interna y a efectos de
consolidación. Otro paso crítico para reducir al mínimo los riesgos es la realización de
una Auditoría Anual de Cuentas Interna (además de la auditoría oficial preceptiva, dado
que ésta está basada solamente en una comprobación de los documentos), que debería
auditar la contabilidad y las finanzas de la empresa comparándola con los verdaderos
rendimientos de cada departamento.
FUENTE: CASA ASIA - INTERCHINA
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